CUANDO TRABAJAS EN LO QUE TE GUSTA
23 septiembre, 2016
EL REGALO DE LA VIDA
14 octubre, 2016
Mostrar todo

Estamos aquí por ellos… no por el sueldo

Soy Santi… Santi de ASPACE, perdí mi original apellido desde que en marzo de 1998 comencé a trabajar en ASPACE Granada.  Y es que no es para menos.  Me siento privilegiado al poder formar parte de esta gran familia que me abrió sus puertas hace ya 18 años.  Podríamos decir que he alcanzado la mayoría de edad y gracias a Dios, no dejo de aprender cada día.

Todo comenzó, como otros muchos, realizando unas prácticas universitarias allá por la navidad de 1997.  Ya entonces descubrí que no hay un término medio para querer trabajar con personas con parálisis cerebral… o no te gusta este colectivo o te enganchas a él y ya no te puedes soltar.

Recuerdo como anécdota que cuando me dijeron de ir a hacer prácticas a ASPACE, la primera imagen que me vino a la mente fue la de “una persona plantada en una enorme maceta a la que simplemente había que regar y cuidar para mantenerla viva” y pensé que era todo un reto y una gran oportunidad para aprender mucho…  Para mi grata sorpresa, descubrí que todas las personas con parálisis cerebral más o menos afectadas tienen una forma de comunicar… y me enseñaron a pararme a escuchar… a esperar sus tiempos… a quererlos… a descubrir y conocer sus capacidades… a pasar horas con ell@s…

Recuerdo también que cuando tan sólo llevaba unas semanas de prácticas, un joven muchacho con el que hablaba bastante me dijo: “Oye, tú y yo ya somos amigos, ¿no?”.  Me quedé parado y casi no supe qué responder…

¿Os habéis planteado alguna vez qué tiene que hacer una persona para que tú decidas que ya es tu amigo?  Si no lo habéis hecho antes os invito a pensarlo.  Entonces para mí un amigo era aquel que había hablado conmigo varias veces, conocía quién era su familia, había estado en su casa, habíamos quedado en alguna ocasión y sobre todo habíamos compartido algún gusto o afición… y el de este joven con parálisis cerebral seguramente difería de mi caso.  Para él era suficiente con haber charlado algunas veces, sintiéndose escuchado y prestado atención, habíamos ido juntos a una salida, así como comentamos de escribirnos por carta cuando terminara las prácticas… (entonces no había móviles… je, je…).

El sólo hecho de compartir experiencias en actividades como ir a tomar juntos algo a un bar hizo que mi escala de valores cambiara.  Muchas personas con parálisis cerebral, (sobre todo las de entonces) no vivían muchas experiencias y cada una de las actividades que comenzaban a realizar eran recibidas como una “fiesta”, como algo extraordinario.  Las personas con parálisis cerebral tienen dificultades para salir por sí mismas a la calle, a buscar a su casa a ese amigo que conociste en el colegio, o llamarlo para que se baje a jugar contigo, a tomar un palo del suelo y jugar a “indios y vaqueros”…  en definitiva, a hacer amigos.

Parémonos a pensar en las muchas cosas que somos capaces de hacer y que hacemos de forma automática sin pensar en la maravilla que supone tener la capacidad de poder hacerlas: como tomar un café, (sin pajita y echándonos nosotros mismos el sobre de azúcar para moverlo…), cortar un jugoso “entrecote” y comérnoslo, subir y bajar escaleras, conducir un coche, decidir dónde quieres ir, llamar por teléfono o simplemente besar y abrazar a la persona que quieres sin que le llenes la mejilla de saliva o se tenga que agachar…

Hay tantas cosas por las que tenemos que estar agradecidos que sin querer nos quedamos inmersos en nuestro día a día y fácilmente podemos perder el norte de para qué estamos los profesionales en ASPACE… centrándonos más en el cómo que en el para qué…

¿Nadie te dijo que no sería fácil? Seguro que sí… pero aún así nos olvidamos.  Nuestro trabajo como profesionales en este sector no está exento, de errores, de pruebas, de dificultades, de caídas, de egos y de grandes alegrías…

Si formas parte de la vida de las personas con parálisis cerebral o decidiste formar parte de ella, seguramente el camino que has recorrido no ha sido fácil y te garantizo que el que te queda por recorrer tampoco lo será.  Cuando esto ocurra, te invito tan sólo a pensar en ell@s…

Decidme si no habéis escuchado esta frase más de una vez: “estamos aquí por ell@s… no por el sueldo…

Si bien es cierto que nos gusta nuestro trabajo, (pues sin duda alguna es un trabajo vocacional), seamos realistas, no sólo estamos aquí por ell@s.  Además de que sean nuestra principal motivación, si el ambiente laboral no es bueno, el sueldo no cubre nuestras necesidades, las tareas a realizar se acumulan, los objetivos profesionales no se alcanzan, la comunicación falla o me llevo mal con mis compañeros, no hay duda de que nuestra única motivación de trabajar por ell@s terminará por los suelos.  Como dijo Silvia Congost en su libro “Autoestima automática”, para estar motivados, no hacen falta ganas, hacen falta motivos.

Hay dos preguntas indicadores que nos pueden decir si continuamos motivados en nuestro trabajo y que nos podemos preguntar:

  1. Cuando me levanto por la mañana: ¿quiero ir a trabajar?
  2. ¿Yo me quiero jubilar aquí en ASPACE?

Si tu respuesta es no a alguna de ellas, seguro debes repasar cuáles son las motivaciones que te hacen trabajar por y para las personas con parálisis cerebral y sus familias, (no nos olvidemos de que las asociaciones nacen porque las constituyen las familias y que también trabajamos para ellas).  Entonces, en lugar de poner el foco en ell@s, pon el foco en ti.  En cómo afrontas el día a día y en qué haces para mejorarlo desde tu posición.

¿Eres un mero espectador o participas de forma activa por mejorar el día a día?

¿No es acaso más difícil el día a día de las personas con parálisis cerebral y la de sus familias y siguen trabajando con su realidad de la que no se pueden separar?.  Su silla de ruedas, su discapacidad es su segunda piel.

Os invito a tragarnos nuestros “egos” y trabajar unidos por ell@s, actuar desde la crítica constructiva para mejorar tod@s, pues remamos en el mismo barco hacia una misma dirección… es entonces cuando no olvidaremos que estamos aquí por ell@s y como dice Andrés Aberasturi en su libro Un blanco deslumbramiento: palabras para Crispondremos soles nuevos en el día, que nos espera la vida”.  Poema completo en: https://www.youtube.com/watch?v=wXcEYXtRZXU

La vida no es rosa pero cada uno de nosotros, profesionales, familias y usuarios podemos y debemos continuar trabajando juntos.  Y si ves que tu motivación disminuye, recuerda que el foco también está en ti.  Cada uno de nosotros decidimos con qué color pintamos nuestra vida, cuáles son nuestros sueños, con qué actitud nos levantamos por la mañana, cómo nos dirigimos a los demás, cómo trabajamos juntos, en definitiva… cada uno de nosotros tenemos el privilegio de ser dueños de nosotros mismos.

Tú puedes decidir ser o no feliz con lo que tienes, tú puedes decidir dónde quieres trabajar, tú puedes decidir con quién compartes tus sentimientos, tú puedes decidir acoger y enseñar a los nuevos, tú puedes decidir escuchar con el corazón, tú puedes decidir o no participar, tú puedes decidir en qué y cómo seguir formándote, tú puedes decidir ver la parte positiva o la parte negativa de las cosas, tú puede decidir seguir o rendirte si algo falla, tú puedes decidir el color de tu vivir…

Os dejo con esta canción que compuse hace algún tiempo llamada La vida no es rosa, que me inspiró un programa de trabajo en equipo que realizamos en el centro de formación www.aulatercersector.com hace ya algún tiempo: https://www.youtube.com/watch?v=fkopU8TpK5I

Espero veros por ASPACE, como mínimo, los próximos 18 años… mientras tanto seamos felices y continuemos trabajando para que las personas con parálisis cerebral y sus familias también lo sean.

Fdo.: Santi de ASPACE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *