La experiencia de la responsable del Centro de Día de UPACE San Fernando

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La experiencia de la responsable del Centro de Día de UPACE San Fernando

Hola, mi nombre es Trinidad Escudier y soy psicóloga y responsable del Centro de Día para personas con discapacidad de UPACE San Fernando. Hace once años me dieron la oportunidad de decidir si quería trabajar con este colectivo. Al principio, cuando llegué y sin experiencia alguna, todo se me hacía un mundo y me preguntaba cómo podría desempeñar mi trabajo, cómo podría valorar a estas personas contando que no hay pruebas adaptadas a la parálisis cerebral, cómo me comunicaría con ellas, cómo les podría ayudar, etc.

Con el paso de los años y la experiencia adquirida tengo que decir, que para mí es y ha sido una experiencia vital, cambia tu forma de ver las dificultades a las que nos enfrentamos todos los días, ya que te hace darte cuenta y ser consciente de cosas que las personas sin discapacidad tenemos automatizadas y no les damos importancia. Algo tan sencillo, como dar los buenos días, para ellos y ellas puede marcar el resto del día. La mirada, la entonación, nuestro lenguaje corporal, etc., son unos/as expertos/as en interpretar, en dar, y en ese momento es cuando pienso que están más capacitados que nosotros/as en muchas cosas, y que a veces les enseñamos más escuchándolos que intentando, por ejemplo, que distingan colores o números.

Por eso me gustaría hacer hincapié en cómo ha ido cambiando a lo largo de estos años la visión y la forma de trabajar con este colectivo. Hemos pasado de decidir por ellos/as todo (qué cómo, qué me pongo, dónde voy, con quién) a que sean sujetos activos capaces de decidir, algunos/as deciden prácticamente todo y otros/as en la medida de lo posible, pero todos/as tienen algo que decir o comunicar sea de la forma que sea. También hemos pasado de los tratamientos típicos en sesiones individuales a terapias más grupales e innovadoras que hacen que la persona se sienta más motivada, vamos dejando el centro para “mezclarnos” con las personas del entorno, cada vez participamos más en eventos de nuestra ciudad y los alrededores, y en definitiva nos hacemos más visibles y con ello vamos acercándonos a la normalización aunque todavía hay niños y niñas que señalan con el dedo y preguntan “Mamá: ¿qué le pasa a esa chica?” “está malita, hijo”. No, señora, esa chica se llama… Tiene parálisis cerebral y no es una enfermedad. Pero bueno ese tema para el próximo…

Trinidad Escudier Parejo

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