Hace como cosa de un año y de forma accidental conocí la existencia de la asociación Aspace Almería. Realizando un trabajo de la universidad en el que tenía que tener acercamiento a una ong, me puse a buscar ongs de la zona, y así fue como encontré Aspace Almería.
Al principio pensé en ir, conocerlos, hacer mi trabajo para la universidad e irme, sin más. Nunca pensé en barajar la opción de quedarme. Cuando llegué todo me parecía raro, la verdad, nada más llegar que me diesen tanta información y me abriesen las puertas de la entidad, me parecía bastante extraño. Pero conforme fui conociéndolos vi que esa transparencia era real. Desde el primer día me han hecho sentirme como parte de su equipo.
Cuando piensas en personas con parálisis cerebral, crees que todos son iguales, que son persona con gran discapacidad tanto física como cognitiva. Pero cuando los conoces te das cuenta, que lo que piensas no tiene que ver con la realidad. Por supuesto que dentro de la parálisis cerebral hay personas con gran deterioro a nivel físico y cognitivo, pero hay otras muchas que poseen una gran inteligencia, o a que a nivel motor no están tan afectados. Algunos de ellos no tienen lenguaje, pero sí que encuentran la forma de comunicarse y de expresarse. Al final esto es lo que más me gusta de las personas con parálisis cerebral, su nivel de adaptación y de superación. No encuentran barreras ni limites para lo que quieren hacer.
Cuando conocí a los usuarios de Aspace Almería, fue maravilloso, sin conocerme de nada, todos querían estar conmigo, querían conocerme, o que simplemente les diese la mano. Nunca he conocido a personas tan abiertas y cariñosas. Eso fue lo que más me engancho a ellos, cada día que iba era como una fiesta. Y es que ellos viven las cosas con tanta intensidad y con tanta pasión, que es muy difícil alejarte cuando les conoces.
Hay ocasiones en las que no puedo ir con mucha frecuencia porque estoy de exámenes y me resulta casi imposible pasarme. En esos momentos me noto como si me faltase algo, siempre tengo esa sensación de vacío. Y es que es real, yo siempre he sido una persona muy feliz y no he echado nada en falta, pero desde que los conozco siento que ellos son la chispa que le faltaba a mi vida. No puedo imaginar una vida sin sus risas.
José Antonio López García
Voluntario Aspace Almería