¿Qué es la Parálisis Cerebral?

La Parálisis Cerebral es una discapacidad aún bastante poco conocida para gran parte de la sociedad.

Bajo el término de Parálisis Cerebral se conoce la lesión en el cerebro antes de que su desarrollo y crecimiento sean completos, de carácter permanente (irreversible y persistente a lo largo de toda la vida) y no progresiva (no aumenta ni disminuye, es decir, no es un trastorno degenerativo), que se caracteriza por la alteración de la postura, tono y movimiento. Esta lesión puede suceder durante la gestación, el parto o durante los primeros años de vida, y puede deberse a diferentes causas, como una infección intrauterina, malformaciones cerebrales, nacimiento prematuro, asistencia incorrecta en el parto,…

Puede generar la alteración de otras funciones superiores (atención, percepción, memoria, lenguaje y razonamiento) en función del tipo, localización, amplitud y disfunción de la lesión neurológica y el nivel de maduración anatómico en que se encuentra el encéfalo cuando esta lesión se produce, e interferir en el desarrollo del Sistema Nervioso Central (va a repercutir en el proceso madurativo del cerebro y por lo tanto en el desarrollo del niño).

A estos problemas se pueden asociar otros de diversa índole y no menos importantes. Se trata de problemas clínicos, sensoriales, perceptivos y de comunicación. Esto hace que exista una enorme variedad de situaciones personales, no generalizables, que dependen del tipo, localización, amplitud y difusión de la lesión neurológica. Así, en algunas personas la Parálisis Cerebral es apenas apreciable, mientras que otras pueden estar muy afectadas y necesitar de terceras personas para su vida diaria.

Las bases esenciales utilizadas para el diagnostico de la PC son cinco, e incluyen desde la localización de la lesión en los tejidos nerviosos de la cavidad craneal, la comprobación de la lesión permanente y no progresiva, la detección de la lesión precoz (durante la maduración cerebral), el cuadro clínico dominado por un trastorno motor (de postura, movimiento y tono muscular), y la variabilidad del cuadro clínico a lo largo de la vida.

La Parálisis Cerebral no se puede curar. Pero si la persona afectada recibe una atención adecuada que le ayude a mejorar sus movimientos, que le estimule su desarrollo intelectual, que le permita desarrollar el mejor nivel de comunicación posible y que estimule su relación social, podrá llevar una vida plena. La realidad es que la intervención rehabilitadora, educativa y asistencial requiere de intervenciones multidisciplinares: fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, educación, psicología, psicomotricidad, etc. Todas ellas altamente especializadas y perfectamente coordinadas para garantizar la adecuada eficacia y excelencia profesional.