Desde que nací y hasta que tomé conciencia siempre he sido diferente. No podía saltar, correr, ni coger objetos con la mano derecha. Parecía que una parte de mi cuerpo no existía para mí.
Conforme iba creciendo pensaba que era una cuestión de tiempo, que de repente un día despertaría, daría un salto de la cama y saldría corriendo. Pero al pasar un día y otro día, y las semanas, meses e incluso los años vi que no se cumplía mi sueño. Tuve que aprender a vivir sin crearme falsas expectativas. Pensé este soy yo, todo lo que he conseguido me ha costado mucho esfuerzo y me siento bien por ello.
Desde muy pequeño aprendí lo que era la disciplina, asistía a mis clases de rehabilitación casi a diario, muchos días no me apetecía pero tenía que ir mientras veía como mis compañeros de clase hacían actividades que yo nunca podría realizar. Jugaban a futbol, sobre todo, que era lo que más me gustaba. Ahora me alegro de no faltar ni un solo día a rehabilitación porque gracias a ello soy bastante más autónomo e incluso alguna vez me he permitido el lujo de darle patadas al balón.
Mi vida no era nada aburrida, iba de un médico a otro, todos los días iba al colegio donde conocí a muchos amigos que aún conservo. Además desde muy pequeño empecé a ir a la Asociación Aspace Almería, allí dada mis clases de rehabilitación, participaba en los talleres y salíamos de excursión todas las semanas. En Aspace conocí a mucha gente, personas que fueron muy importantes en mi vida, algunas se fueron a otros lugares, y otras se fueron para no volver nunca, los hecho de menos pero la vida te enseña a vivir sin ellos. En Aspace conocí a Teresa, la presidenta, entregada con todos los usuarios y persiguiendo un sueño que ya pronto se va a hacer realidad. También conocí a Sole que siempre está ahí para todo, se implica en todo y sobre todo es una amiga para los momentos buenos y no tan buenos. Ellas son las culpables que yo este escribiendo estas líneas que tanto trabajo me cuesta escribir sobre mis sentimientos. Allí tengo muchos amigos que son como yo, con sueños e ilusiones similares a los míos. Con ellos me siento libre, sin tener que esconder nada de lo que pienso o siento.
Después de hablar de la familia Aspace, no quisiera terminar sin hablar de mi familia, las personas más importantes de mi vida. Sin ellos no estaría aquí, siempre que me he caído me han levantado, no solo a nivel estricto, porque en la vida no todos los golpes duelen físicamente. Ellos han sido y son el motor de mi vida, mi alegría y lucha diaria. A veces discutimos mucho pero siempre me entienden y me apoyan en todas mis decisiones. Si hoy día soy la persona que ha crecido, evolucionado y madurado, es por ellos. Nunca me han dejado sólo, han compartido conmigo tanto los momentos malos como los buenos, siempre con una sonrisa y unas palabras de ánimo. Muchas gracias María y Pedro por estar ahí.
Por último quiero decir que son muchas las metas que tengo en la vida, sé que no voy a correr la maratón, pero me da igual. Lo importante es que todos los días me levanto y comienzo la lucha de la vida. Pienso en el camino recorrido, lo que me ha costado y pienso que lo que me queda por vivir será duro también pero estoy preparado para vivirlo con mucha ilusión.
Pedro Sánchez – Usuario de Aspace Almería