Hablamos con David Rodríguez Quiles, del equipo de psicólogos/as de INFANTO JUVENIL que impartirá un taller esta tarde el resto de profesionales para conocer en profundidad cómo deben tratarse las alteraciones en la conducta en personas distintas patologías como puede ser la parálisis cerebral. Podéis uniros al taller esta tarde a partir de las 17:00 en el siguiente enlace de manera gratuita:
Nos centramos sobre todo en conductas que se perciben como extrañas en personas que ya conocemos cómo es su comportamiento. Podríamos clasificarlas en dos: unas que tienen un carácter más problemático y otras que pueden ser más útiles o funcionales, que son en las que nos centramos nosotros. Al fin y al cabo, consiste en darles a los padres las herramientas adecuadas para que exista una buena conducta.
Lo que vamos a plantear son diferentes métodos o protocolos de intervención. Para ello, es fundamental que los padres sepan identificar las conductas y los antecedentes que les ha llevado a la misma. Una vez hecho eso podemos encontrar la manera más eficiente posible de intervenir, ya que no es lo mismo intentar paliar una conducta cuando no conocemos ni el motivo ni antecedente que lo ha provocado que sabiendo cuáles han sido estos. De hecho, una de las partes prácticas del taller, consistirá en enseñar a los padres cómo pueden llevar un registro de las conductas, ayudándoles a ellos mismos a organizarse.
Todo ello servirá para que sea mucho más sencillo elegir qué pueden hacer, ya que lo más importante cuando ocurre una conducta inapropiada es tener una reacción inmediata intentado buscar una conducta alternativa que sea adaptativa.
Es por eso que en el taller lo hemos abordado de una manera global, en el que los padres puedan usarlo sea cual sea la patología que presente su hijo/a. Lo más importante no es el trastorno en sí, sino la propia conducta, ya que estas se miran independientemente de todo lo demás, una conducta es una conducta, aplicada en cualquier persona
Depende de las patologías y las dificultades asociadas de la persona. Uno de los componentes que más conductas provocan es el propio lenguaje, ya que no hacerse entender es un síntoma de frustración muy grande. Cuanto mejor sea su capacidad de hacerse entender ya no solo con las personas que están presentes en su día a día, sino también a las que no está acostumbrada a tratar mejor para el sujeto.
Estamos intentando formarnos aún más en ello, ya que pensamos que es algo muy clave y efectivo. Lo estamos poniendo en práctica con la aplicación de VERBO, ya que ayuda a comunicarse a esas personas que no disponen de comunicación oral. Mediante el uso de las tablets por ejemplo y de las nuevas tecnologías se construye un camino nuevo para esas personas que no tienen la oportunidad de usar un lenguaje oral.
Como hemos dicho antes, uno de los motivos principales que provocan alteraciones en la conducta es el lenguaje, si esto lo vas paliando y consigues que por ejemplo: un niño que antes se enfadaba porque no era capaz de explicarte algo, ahora va a su dispositivo (en este caso una Tablet) y consigue establecer esa comunicación. Un porcentaje altísimo de las conductas problemáticas se evitan al poder expresarse y a entenderse.
Lo más difícil es identificarla, hacer un análisis correcto y saber cómo tratarlo. Si una persona está acostumbrada a cierto tipo de conducta que se convierte en rutina hay que hacer este ejercicio de anticipación y usar distintas técnicas como el refuerzo positivo o la diversificación de tareas para cambiar esa conducta inapropiada y que no dificulte nuestro día a día.
Cuando un padre o madre nos preguntan, lo principal que recomendamos es usar el refuerzo positivo, intentar evitar a toda costa los “castigos”. Consideramos que a largo plazo tiene mucho mejor resultado el refuerzo positivo, ya no solo porque haya muchos estudios que lo avalen, sino por experiencia. Aunque de forma inmediata sea más efectivo el castigo, no lo es con el paso del tiempo. Por ello es muy importante fijarnos en el tema de los refuerzos: darle valor a las conductas apropiadas que realizan para que estas se mantengan.
Todo este tipo de técnicas se usan desde personas adultas pasando por adolescentes hasta niños y niñas. Un programa de reforzamiento lo es independientemente de la edad, lo importante es ver cuáles son los reforzadores, no es lo mismo por ejemplo en un niño donde podríamos usar un sonajero, que en una persona más mayor donde su refuerzo es la televisión. Hay que tener en cuenta qué tipo de reforzadores se aplican dependiendo de la persona, pueden ir desde los refuerzos más primarios (alguna comida o bebida especial) hasta sociales, es un abanico muy amplio. Lo importante es conocerlos, saber cuáles funcionan y utilizarlos, de esta manera será muchísimo más sencillo.