Hola, me llamo María y trabajo en ASPACE Granada como educadora. Os voy a contar mi pequeña historia:
Todo comenzó en el año 1995, haciendo las prácticas de educadores, cuando ASPACE comenzaba su historia en Granada y nuestro nuevo centro era todavía un proyecto.
Estábamos entonces en la localidad Granadina de Armilla, “acogidos” en el C.E.E. “Jean Piaget” en dos aulas cedidas por éste.
Allí éramos una pequeña familia, donde los poco que estábamos bajo el lema “todos para uno y uno para todos”.
Esta experiencia fue tan maravillosa, que durante los años que siguieron compartí mi carrera de magisterio con prácticas en el Centro, donde fui contratada en 1999 como “conductora-cuidadora”.
La mudanza a nuestro nuevo centro trajo consigo un trabajo en equipo, donde todos hacíamos “de todo”. Las personas usuarias eran nuestro principal objetivo desde un punto de vista humano y personalizado, conociendo poco a poco sus necesidades donde todos participábamos en deporte, teatro, salidas, colonias, fiestas nocturnas, barras en Corpus o día de la Cruz, limpieza del Centro… y pese a que trabajábamos fuera y dentro, esto no mermaba la calidad del trabajo con “nuestros chavales”
Estos años marcaron el resto de mi vida y las experiencias vividas me han acercado cada día a conocer un poquito más a las personas con parálisis cerebral, desde el punto de vista humano y técnico… aunque aún queda mucho por aprender.
Los años han pasado, tanto por los “chavales” como por nosotros mismos y el ímpetu y la forma de trabajo han evolucionado, no sé si para mejor o peor… pero han cambiado, siendo más institucionalizada.
Creo que la esencia del ASPACE que yo conocí se ha perdido, así como como el movimiento asociativo por parte de las familias de aquellos comienzos donde los recursos escaseaban y todos trabajábamos con un mismo fin, sintiéndonos parte de una misma familia.
Pero ahí seguimos nosotros, trabajando sin perder la ilusión y aportando nuestro granito de arena para transmitir la felicidad, y manteniendo la esencia hace que sigamos luchando para que nunca perdamos la sonrisa con “ellos”, que son los que nos hacen seguir.
María Martínez Foche
Educadora de ASPACE Granada