Justo cuando acababa de terminar la carrera de magisterio de educación especial descubrí la
asociación de Parálisis Cerebral Aspace Jaén, hace varios años ya. Comencé a participar con la Asociación en la guardería/ludoteca y aunque acababa de salir de la universidad tenía bastante incertidumbre y dudas, porque como todo el mundo sabe: no es lo mismo la teoría que la práctica. Pensaba en cómo debía actuar con los niños y niñas, que debía hacer, ¿lo haría bien?… Esas dudas y una sensación de nerviosismo rondaron en mí durante los primeros días.
A día de hoy llevo compartiendo mi tiempo con ellos y ellas desde el año 2011 y esas preguntas y dudas que me rondaban han ido respondiéndose por sí solas con el paso del tiempo y de la práctica, aunque van surgiendo otras. Y esto, creo, es lo bueno de estas situaciones: si nunca dejas de cuestionarte cómo haces las cosas nunca dejas de intentar mejorarlas, aunque ya sin tanto nerviosismo como el primer día, claro.
El día a día con los niños y niñas de Aspace Jaén es muy gratificante por varios motivos: Si has tenido un mal día, siempre al llegar allí se te va olvidando poco a poco para llevar a la normalidad tu estado de ánimo, ya que ellos y ellas con su sonrisa y sus ganas incesantes de jugar te hacen volver un poco a la niña interior que llevas dentro y recuperar esa alegría que se merecen. Aunque como todas las personas, también lloran y están tristes o cansadas y como ellos y ellas no saben de falsedades te lo muestran como lo sienten y ahí estamos para devolverles la sonrisa que te han dado a ti todos los días.
Es curioso porque se produce una relación de aprendizaje recíproco, ya que los niños y niñas son naturales y transparentes y estas son características que muchas personas adultas perdemos con el paso de los años y nos ayudan a recuperar.
A la guardería/ludoteca de Aspace Jaén vienen niños y niñas de todas las edades y condiciones. Allí se realiza una labor de respiro familiar, de diversión, de motricidad a través de manualidades y el juego y algo que creo importante junto con lo lúdico, por supuesto, intentar enseñarles poco a poco a través del juego y de pequeñas acciones a desenvolverse en ciertos aspectos de la vida diaria, tanto en lo relacionado con la independencia como en la socialización. Sin ninguna duda, alcanzar estos objetivos y muchos más sería imposible sin el grandísimo trabajo que realizan los y las profesionales de la asociación, que a diario ponen todas sus fuerzas sin descanso en hacer avanzar a
cada niño y niña hacía un futuro mucho mejor. Sin olvidar a las familias que son las que ponen más empeño a la calidad de vida de sus hijos e hijas y las que están ahí durante todos los días de su vida.
Ellas también nos ayudan a afrontar muchas cuestiones que surgen en relación con los niños y niñas y están siempre dispuestas a favorecer y facilitar nuestra labor. Esta mezcla de calidad de personas y de positivismo hacia los niños y niñas hacen de la asociación un ambiente muy agradable en el que estar, ayudar, participar y colaborar. Ambiente en el que espero seguir aprendiendo y participando mientras sea posible.