Somos la familia Echevarría – Titos, vivimos en Granada y tenemos dos hijos, Migue y Ada. Migue acaba de cumplir siete años (que viejo me veo ya) y Ada cumplirá tres en breve.
Cuando salimos del hospital, con la “magnifica” noticia del diagnóstico de Migue, creo que como a todos, se nos vino el mundo encima. La “echadora de cartas” (la doctora), se permitió el lujo de decirnos que ella veía un futuro negro, muy negro, en el que debíamos olvidarnos de andar, hablar,…; hay que reconocer que en muchas cosas acertó, pero ese día se le olvidaron dos cosas; darnos el manual de instrucciones para cuando te encuentras en una situación así, y decirnos que no éramos los únicos que estábamos pasando por una experiencia como ésa. A través de internet conocimos Aspace Granada y cuando llegamos allí fuimos conscientes, tanto en lo bueno como en lo malo, de lo que iba a ser nuestro camino. En Aspace encontramos padres como nosotros y profesionales (fisioterapeuta y trabajadora social) que nos ayudaron en los primeros meses a no estar perdidos y a ponernos en marcha en ese maratón en que se iba a convertir nuestra nueva vida.
Pero no quiero escribir sólo sobre las barreras y trabas que nos hemos ido encontrando a lo largo de los años (y las que vendrán), porque por desgracia darían para escribir un libro; sé que todos, de una manera o de otra, hemos pasado por circunstancias parecidas e intentamos superarlas lo mejor que podemos para que nuestros hijos e hijas sean todo lo felices que se merecen. En su lugar, me gustaría comentar las metas que hemos ido alcanzando y que muchos nos dijeron que eran “imposibles” para nosotros. Pasan los años y pierdes el miedo a casi todo; cuantas más veces te dicen que eso es imposible, más lo consideras un reto.
¿Y si lo apuntamos a equitación para ver si mejora? Pues dicho y hecho, a buscar un centro de equinoterapia y empezar a trotar.
¿Por qué no hacemos un viaje? ¡Vamos a Eurodisney!…En este viaje, la línea aérea nos obligó a comprar un arnés especial para el asiento (un arnés para personas con movilidad reducida y que no son capaces de sostenerse por ellas mismas y que según ellos la nueva normativa no le obligaba a proporcionarlo), para emitirnos los billetes. Al llegar al avión, ni siquiera las azafatas conocían un arnés así y no tuvimos que ponérselo.
¿Y si lo llevamos al concierto de su grupo de rock favorito (aunque a casi ninguno os sonará, es el grupo Eskorzo)? Pues nada, habrá que hablar con el organizador del concierto para que permita que entre un menor, que los responsables de la sala donde es el concierto nos habiliten un sitio… y todo esto nos llevó a que el cantante de Eskorzo se convirtiera en amigo de Migue.
¿Qué un profesor de Bellas Artes de la Universidad de Granada quiere que Migue sea parte del proyecto del máster que imparte? Pues en ello estamos; una de las alumnas del máster viene todos los jueves a casa a enseñar a Migue a pintar sobre lienzo y papel para demostrar las capacidades de aprendizaje (Migue pinta con licornio ya que tiene bastante reducida la movilidad de los brazos).
¿Crees que le gustaría una bicicleta por navidad? Internet es una caja de sorpresas y te da la posibilidad de encontrar de todo; una bicitipo triciclo bastante destrozada que tuneamos y adaptamos para que fuera, no igual, sino mil veces mejor que la de sus amigos.
Sé que al principio dije que no iba a hablar de barreras y obstáculos, pero gracias a un “encuentro” con una niña, surgió el proyecto más importante de nuestras vidas; para resumirlo un poco os diré que una niña se acercó para jugar con Migue al balón; tras explicarle que no podía correr le ofrecimos jugar a otra cosa que nosotros pudiéramos ayudarlo; ella dijo que entonces no quería jugar, se dio la vuelta y se fue a jugar con otros niños; tras el golpe con la realidad de ese día, llegamos a la conclusión de que la niña no tenía culpa de nada; que el problema era que nadie le había explicado que había niños que aunque no pudieran andar o hacer ciertas cosas, sí que podían hacer otras muchas con un poquito de ayuda. Y así, creamos a Migue Ruedines, el protagonista junto con dos amigos más Laura Tapia (problemas auditivos) y Quino Cuatrojos (problemas de visión) de unas aventuras que les llevan a buscar tesoros, recorrer el mundo o buscar los tesoros escondidos de la Alhambra. En este proyecto educativo, queríamos crear unos personajes que se salieran de lo normal, y enseñar que de las discapacidades, surgen capacidades que otros no tienen y que vuelven a quien menos nos esperamos en alguien muy especial; ¡vamos por el tercer libro!.
Podéis encontrar información del proyecto de Migue Ruedines en nuestro facebook https://www.facebook.com/profile.php?id=100008594134439 o contactar con nosotros en nuestro email migueruedines@hotmail.com
Me despido, pero permitidme hacer dos reflexiones que a mí me dan fuerza todos los días para luchar por nuevos retos; la primera es que no hay barreras insalvables, podemos con todo y no dejo que nadie me diga lo contrario; la segunda es que a todos nos dicen que sigamos trabajando porque hay una meta al final del camino; si no ayudamos a nuestros hijos a hacer ese camino, nunca sabremos si pueden alcanzarla.
Un abrazo de la familia Ruedines 😉