Hace unos ocho años empezó esta andadura de nuestra nueva familia. Al principio, a algunos de nosotros no nos hacía mucha gracia la idea de estar en un centro, ni a nuestras familias, porque teníamos la sensación que éramos “los tontos” del pueblo, que estábamos en una escuela para nosotros solos.
Nos costó acostumbrarnos a nuestros compañeros, porque aunque casi todos nos conocíamos de la calle, solo conocíamos una parte. Hemos descubierto como somos en realidad.
El centro nos ha dado vida, nos ha proporcionado un lugar donde sentirnos realizados en un grupo de personas con las mismas limitaciones, las mismas dificultades y los mismos problemas que nos podamos encontrar.
Nos encantan los talleres que hacemos: Uno que nos gustó mucho fue la historia de personas de nuestro pueblo. Cada día, uno de nosotros se encargaba de buscar alguna información sobre una persona de relevancia, en cualquier aspecto que haya podido destacar. Le preguntábamos a nuestros padres, hermanos, familiares y amigos. Nos gustaba mucho porque así sabíamos que hacían, donde vivían, y cual era la faceta por la
que las personas de nuestro pueblo la recordaban.
En navidades, solemos realizar una pequeña función de teatro, en la que participamos todos los compañeros de nuestro centro. Nuestra monitora es la encargada de buscar la historia que vamos a contar, y de repartir los papeles y las frases que vamos a interpretar cada uno. Además ese mismo día, invitamos a nuestros familiares para que acudan a vernos, que vean lo bien que lo hacemos y lo bien que lo van a pasar. Se trata de un día de convivencia con los familiares y amigos que deseen venir a nuestro centro. Nosotros además, preparamos el desayuno, elaborando un par de días antes los dulces que vamos a degustar, lo realizamos en nuestro taller de cocina, que también nos encanta, ya que aprendemos a poder ser un poco más independientes, y que, si mis padres no están, yo sepa prepararme algo para comer. Así que ese día, como además es navidad, comemos lo que preparamos, actuamos y representamos nuestra pequeña obra de teatro y cantamos villancicos, pero lo principal es que pasamos un rato con nuestros compañeros y familiares de forma festiva.
Luego viene el carnaval, una de las fiestas que más nos gusta, y en nuestro centro lo vivimos con muchas ganas. Participamos en un concurso que lleva muchos años realizándose, que es el concurso de papelillos, el año pasado quedamos terceros. Este concurso consiste en cortar papelillos, no muy grandes, con tijeras y a mano, llevarlos al ayuntamiento, y el que tenga más kilos de papelillos, es quien gana. Con el dinero que ganamos en el concurso, nos disfrazamos el viernes de carnaval, nos montamos en el tren que nos pasea por todo el pueblo, vamos cantando canciones de carnaval y luego nos tomamos algo en el bar de plaza del ayuntamiento, donde están todos los colegios del pueblo, y todos los niños disfrazados cantando canciones de carnaval.
Quizás, la actividad que más nos gusta, es el viaje que hacemos en verano, nuestras colonias. Ya hemos conocido muchos lugares de toda España. Ya hemos ido a Mallorca, Madrid, Barcelona, Benalmádena, Málaga, Islantilla, Conil, Almería…
Esta actividad, es la que más esperamos durante todo el año, ya que son nuestras vacaciones. Estamos solos con nuestros amigos, conocemos lugares que no pensábamos que pudiéramos conocer en nuestra vida, dormimos con nuestros compañeros, o con los monitores, comemos en bufet y elegimos lo que vamos a comer, aprendemos a valernos por si solos, aunque con la ayuda de los monitores. En esta actividad, conocemos mejor a nuestros compañeros y a nuestros monitores porque pasamos 24 horas juntos, y también nos conocemos a nosotros mismos mejor, viendo que somos capaces de hacer nosotros solos muchas cosas de las que hacemos en nuestro día a día. Ojalá podamos ir todos los años, y que podamos vender muchas cosas para que el año que viene aquellos compañeros que por el dinero no pueden venir, tengan dinero para poder hacerlo.
Como decía al empezar estas líneas, digo que el centro es mi segunda casa, y a veces incluso digo que es la primera, ya que es el lugar de encuentro con los que puedo decir que son mis amigos, con los que comparto mis experiencias, con los que comparto mis problemas y donde me dan soluciones y medios para poder solucionarlos.
Me siento más autónomo y útil con el paso de los años, me siento totalmente integrado en mi centro, en mi pueblo. No pasa el tiempo cuando es fiesta y el centro está cerrado, porque me aburro cuando no estoy con mis compañeros.
Así que, mi centro, es mi vida.
Hoy te escribo estas letrillas
para agradecértelo a ti.
Tú eres mi mano derecha,
tú lo das todo por mí.
Gracias señor, gracias otra vez,
gracias por darme la confianza,
gracias por tu forma de ser.
Tú me educas, tú me enseñas,
me quitas de la calle de 9 a 4.30.
Aprendo un oficio,
que es bueno el saber,
Yo Manuel a ti siempre te lo agradeceré.
Pero yo lo sé,
que tú me enseñas estas cositas
a cambio de nada.
Solo me das una cosa
el querer y la amistad.
Centro de Trebujena y Jerez
Nunca lo olvidaré
por esta experiencia tan buena
que en mi corazón y mi alma
siempre os llevaré.
Poema de:
Manuel Riverola Valderas
CO UPACESUR
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Eres grande