Conoce cómo debe ser la adecuación de los espacios a nivel físico para asegurar que todas las personas que se encuentren en ellos puedan moverse con facilidad.

La accesibilidad universal es el conjunto de condiciones que deben cumplir los entornos, productos, servicios y materiales para que todas las personas los puedan comprender, utilizar y disfrutar de manera cómoda y segura. Existen tres tipos: física; cognitiva y de señalización; o accesibilidad de la comunicación y sensorial.

Esta es una de las cuestiones que se trabaja en el Proyecto Rumbo, en el que participamos junto a otras confederaciones del tercer sector de la discapacidad, para promover nuevos modelos de vida independiente.

Precisamente, para las personas con parálisis cerebral y con grandes necesidades de apoyo, contar con un hogar que sea accesible y adecuar este entorno a sus necesidades, supone una base fundamental para la vida independiente. Así, las necesidades de adaptación pueden variar según la persona y sus requerimientos específicos. Por ello, desde el Proyecto Rumbo se ha llevado a cabo una evaluación individualizada para asegurar que la vivienda cumple con las necesidades particulares de la persona con grandes necesidades de apoyo.

Las adecuaciones de los espacios a nivel físico para asegurar que todas las personas que deambulen por ellos puedan moverse con facilidad, son las referidos a la anchura de puertas, ascensores, baños, etc.  A continuación, hemos recopilado 10 claves para conocer si el lugar en el que vives es accesible:

1. Eliminación de barreras: La vivienda debe contar con una entrada libre de obstáculos, como escalones o desniveles, para permitir el acceso fácil de sillas de ruedas u otros dispositivos de movilidad como grúas.
2. Amplias puertas: Las puertas deben ser lo suficientemente anchas para permitir el paso de una silla de ruedas. Lo recomendable es que tengan al 82 cm de ancho y 1,70 cm de largo.
3. Espacios amplios: Los espacios interiores, como pasillos y habitaciones, deben ser lo bastante amplios para facilitar el movimiento de personas con dispositivos de movilidad y la asistencia de cuidadores.
4. Baños adaptados: El cuarto de baño debe contar con un diseño accesible que incluya una ducha o bañera con entrada a nivel del suelo, barras de apoyo y espacio suficiente para la movilidad.
5. Cocina accesible: La cocina debe estar diseñada de manera que sea accesible para alguien que utilice una silla de ruedas. Las encimeras y los electrodomésticos deben ubicarse a una altura adecuada.
6. Interruptores y enchufes accesibles: Los interruptores y enchufes deben estar colocados a una altura accesible para todas las personas, incluyendo aquellas que puedan tener dificultades para moverse.
7. Sistemas de iluminación adecuados: La vivienda debe contar con iluminación adecuada en todas las áreas, incluyendo pasillos y habitaciones, para facilitar la visibilidad y la seguridad.
8. Sistemas de alarma y comunicación: Deben existir sistemas de alarma y comunicación que permitan a la persona solicitar ayuda en caso de emergencia, como un intercomunicador o un botón de llamada de emergencia.
9. Rampas y ascensores (si es un edificio): Si la vivienda está en un edificio, es importante que cuente con rampas o ascensores para permitir el acceso a todas las áreas comunes y que el botón del ascensor esté a una altura adecuada. Es importante saber que la pendiente máxima de la rampa debe ser del 10% cuando su longitud sea menor que 3 metros, del 8% cuando la longitud sea menor que 6 m y del 6% en el resto de los casos.
10. Seguridad: La vivienda debe estar equipada con medidas de seguridad adecuadas para prevenir accidentes, como pasamanos en escaleras, antideslizantes en suelos y protecciones en ventanas.